Desde hace poco comparto despacho con una nueva compañera,
noo, no es una compañera, es un puto manojo de nervios, me paso el día
pidiéndole tranquilidad. Ufff, menos mal que
estoy encontrando la manera de que no me afecte mucho, me desenchufo. Hace unos
días estando en stand by oigo a lo lejos “es una bollera de mierda” y si quieres
provocar un huracán esa es la mejor manera. Casi me la como, hasta que me he dado cuenta de que me
estaba pasando y he puesto cara, voz y mirada de guardia civil para acabar
diciéndole que como volviera a utilizar “bollera” como insulto me iba a
encontrar, como si no me hubiera encontrado ya.
Mano de santo, ahora me pregunta por mi mujer alguna vez, y
mas suave que un guante.
Vamos, que a mi nueva compañera le ha caído el armario
encima. De las demás que estaban presentes no sé, han desaparecido del
escenario de puntillas.
Por un lado, ya estoy “salida” del armario en el curro, por
si alguien no lo sabía ya y por otro, he enseñado los dientes, que no está mal
para que no me tomen por tonta ese atajo de funcionarias.
Eso se merece un buen aplauso: ¡Plas, plas, plas, plas, plas, plas¡
ResponderEliminarYur
gracias, gracias, gracias jijiji lo cierto es que no fue un momento agradable, cuando la oi se me puso una mala hostia que no veas.
Eliminarbienvenida Yur (¿tienes blog?)
Qué gracia lo de que a la compañera lñe ha caído el armario encima... jejeje, muy bueno
ResponderEliminarpobreta, ahora me da pena.
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