Aumenta la familia, acabamos de recoger dos gaticas iguales,
y claro, hay que ponerles nombre. Mi propuesta es que se llamen las dos igual
pero la ñora dice que en algo se distinguirán y que no, a cada una el suyo. De
momento gana mi propuesta que son a la vez nombres individuales y colectivo,
niza y longa.
Esto viene de una vez que después de subir un monte, en
Francia, donde había una “table d’orientation”
estaba tan cansada que el cerebro me funcionaba bajo mínimos y al ver
que se suponía que desde ese punto se veía niza, suelto, ¿tú sabes cuantos
kilómetros hay de niza a longa? La ñora igual de cansada que yo, dice, no
¿Cuántos?
Pues los mismos que de longa a niza.
Idiotez que nos tuvo riéndonos toda la tarde.