Sábado, once de la noche, por si no lo he dicho aquí, mi
horario es el mismo que el de una gallina, así que estaba sobando. me dice la
ñora, venga, arréglate que nos vamos, mmmm ziiizzz.
A la media hora estábamos perdidas por un camino, porque
parece ser que todo el mundo sabía donde quedaba el chalé donde era el festorro,
menos nosotras, al fin conseguimos llegar, de oído.
Nos encontramos con mucha gente que hacía mucho que no veíamos
y nos apetecía estar un rato con ellos, ¡pero no tan corto, coño! A la media
hora de estar allí, como sorpresa, comienza a tocar un grupo, si los chavales
sonaban muy bien pero acabaron con todas las conversaciones.
Pa no poder hablar con nadie me quedo en mi casa. Grrrr para
una vez que consiento salir a hacer vida social.
Voy a llegar a la conclusion de que lo de no tener vidas social es una mera pose... una no acaba en un fieston en un chale con grupo de musica todos los dias!!
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