Desajuste

Los turnos de doce horas me matan y me desajustan el horario, llego a casa sobre las ocho y media totalmente descolocada y claro, como la costumbre es llegar a comer, me preparo un plataco de pasta, para que de asco, con paté gabacho, piñones, pipas y algas.

Y dos horas después cuando llega la ñora, ceno. Que yo de comer no libro, eh. Como decía mi madre, quien vale para trabajar, vale para comer.

Ah no, que mi madre lo que decía era que quien vale para irse de fiesta vale para trabajar.